A mí me gustan cabrones
- Geovana Cervantes
- 25 oct 2017
- 4 Min. de lectura

¿A cuántas de nosotras nos ha gustado un chico que nos hace estar en las estrellas cuando tenemos su atención pero que, seamos honestas, cuando se aleja o es indiferente nos hace sentir como (perdón que lo llamemos así, pero, como) “basura”?.
Esto puede ser muy fuerte. Hay veces que nos aferramos a seguir detrás de alguien recibiendo migajas o pequeños destellos de interés hacía nosotras. Pero, ¿en verdad lo vale?.
Hace poco hablé con alguien. Él fue realmente importante para mí, seré honesta estuve muy enamorada de él; sin embargo, nunca se dio nada románticamente y esta vez tuvimos una conversación divertida, extraña, llena de complicidad, honesta y que revelaría ciertos secretos y una nueva visión sobre la atracción que muchas de nosotras tenemos hacía estos sujetos.
Los llamé “bad boys”; no por la edad, sino por el comportamiento que suelen tener. Son aquellos chicos encantadores, no necesariamente guapos, de sonrisa mágica, caballerosos, amables, sínicamente honestos, huelen delicioso, dan abrazos que reconectan internamente todos aquellos pedazos que por mucho tiempo sentimos no podrían volver a unirse. Son esos que le gustan a muchas chicas y se dan el lujo de salir con varias pero tienen un encanto especial y con sus actitudes, comportamiento y detalles te hacen sentir increíble, especial, única. A pesar de estar consciente de todo eso, tú te empiezas a enamorar aunque te dijiste una y otra vez que no lo hicieras; desarrollas la esperanza de que tal vez, algún día, él te demostrará que eres la elegida y verá lo increíble que eres, siendo así la manera en que se pueda concretar y nazca una relación. Espero puedas soportar lo siguiente que leerás pero, esto es parte de su táctica; así es, es la forma en la que ellos saben estarás ahí a la hora que quieran, cuando ellos decidan y sobre todo, bajo los términos que elijan.
Muchas de nosotras creemos que comportándonos de cierta manera van a estar con nosotras, que debemos cambiar nuestra forma de ser, de actuar, de querer, incluso muchas veces hemos intentado cambiar físicamente. Fingimos que hay cosas que hacen que no nos duelen o lo que es peor, les restamos importancia anteponiendo lo que ellos quieren a lo que nosotras realmente anhelamos. Nos adaptamos a sus reglas a pesar de que muchas veces y con diferentes señales nos dijeron todo lo contrario; pero, por alguna razón creímos que era posible que este pensamiento cambiaría… nos convertiríamos en la excepción a la regla. Hubo un destello de esperanza, algo nos hizo creer que ellos quieren y están dispuestos a asumir las consecuencias de estar con nosotras.
Pedimos consejos a todos los que están a nuestro alrededor con la esperanza de que ellos nos den respuestas, nos digan qué hacer, cómo comportarnos, qué decirles, cuál es la fórmula correcta para que ellos realmente se interesen en nosotras. No dudo que debe haber algo que transforme su pensamiento y decidan iniciar una relación a pesar de que al principio no lo querían.
Pero es eso, son ellos los que decidieron cambiar, darle un giro. Tú no eres el problema, no hay nada malo contigo si es que ellos deciden no iniciar una relación o incluso no quererte como esperas.
No me es posible el explicar si es algo generacional, seguimiento de patrones, gustos, costumbre, atracción, el retarnos emocionalmente a ser pacientes e intentar salvar a alguien que no le interesa ser salvado en lo más mínimo o el aceptar que actualmente la gente no quiere compromisos. No sé si es por el saber que después habrá un vacío y por ello, muchas personas están dispuestas a relacionarse de este modo sin querer involucrar sentimientos, sin compromisos, evitando a toda costa que su corazón se paralicé cuando hay caricias, que el tiempo se detenga cuando hay besos, comunicarse a través de miradas profundas que expresan más de mil palabras y desafortunadamente pasa. Terminas enganchada y soltar eso será una de las decisiones más complicadas que puedas llegar a tomar, vendrán los: ¿me quedo?, ¿me voy?, ¿me quiere?, ¿no me quiere?, ¿le importo?, ¿no le importo?, ¿qué somos?, ¿no soy lo suficiente?.
Citaré una frase del libro: Cómo ser mujer de la autora Caitlyn Morán “Pocas chicas elegirán hacer lo que está bien en el fondo de su ser inteligente y luminoso a costa de quedarse solas”.
Nunca debes olvidar que eres perfecta, justo como eres en este momento; tienes defectos pero, ¿quién no?.
Aquí lo que sucede es que debes ser consciente de lo que tú quieres y cuánto estás dispuesta a soportar. Qué tanto cederás y si eres lo suficientemente capaz de seguir enamorada de un chico que es egoísta y que, aunque te quiera mucho, no arriesgará lo que él considera en este momento como “libertad”, porque si tú que eres increíble estuviste o estás dispuesta a dar todo por él, piensa que seguro habrá otras más que lo harán y quizás sí; pero, nunca dudes de tu capacidad de amar, eres especial, maravillosa.
No minimices los momentos que fueron increíbles para ti, no creas que vivirá lo mismo con otras, porque aunque vayan al mismo lugar, vean la misma película, escuchen las mismas canciones, no eres tú; y si tú tuviste el valor de querer a alguien de ese modo, piensa que todo lo que viviste fue real pero ante todo hay un aprendizaje, el cual te ayudará a ser mejor, más fuerte a empoderarte.
No debemos dejar que ellos tengan el poder sobre nosotras, aquí las que decidimos cuanto damos o no, somos nosotras y quién sabe, tal vez este es el momento en el que debes estar sola, pensar sólo en ti, cuidar de ti, enamorarte de ti y de una vez… dejarlo ir.
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